Aquel día de abril que dedicamos a hablar y concienciar sobre el autismo y como lo pasé en la televisión.
Amanece un cielo poblado de nubarrones grises e incesante lluvia que apenas deja ver el amanecer, entonces se me ocurrió buscar la hora en la que el sol se levantaba por el móvil.
Era un día especial, además de ser el día del autismo, el día de reivindicar nuestra condición y las dificultades que todavía vivimos hoy en día, he podido reencontrarme con ese yo entusiasmado que dejé hace ya unos cuantos años en el plató de la televisión canaria.
Volver a ver el detrás de cámaras, imagen, sonido, el plató y los presentadores, caras ya conocidas de la tele de nuestra comunidad canaria.
Las maquilladoras me pusieron muy guapa, solo llevan tres semanas y están de prácticas, pero lo hicieron muy bien.
Me permitieron ver todo lo que se cuece detrás, no se toca nada, pero se curiosea todo con la mirada, y no perdí ocasión, porque estar allí me hace sentirme de nuevo fascinada por algo más en la vida.
Los nervios que te produce el querer que todo salga bien mezclado con la rareza de no estar ahí cada día, que estás en terreno resbaladizo, dejaron paso a unos ocho o diez minutos que duró nuestra aventura en la tele. La magia empezó a las 10:15h de la mañana.
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