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La música como apoyo emocional en el autismo

Hola! Hoy te voy a hablar sobre cómo nos ayuda a las personas autistas la maravillosa música. Bien... 

La música tiene un lenguaje propio que no necesita palabras. La música nos puede calmar, motivar, acompañar y ayudarnos a expresar nuestras emociones, que muchas veces no sabemos cómo comunicar. En nuestro caso, como personas autistas, la música puede ser una herramienta poderosa que nos ayude a sentirnos bien emocionalmente y a conectarnos mejor con los demás. 

La música como refugio emocional

Muchos de nosotros encontramos en la música un espacio seguro. El ritmo constante, las melodías familiares o incluso un solo instrumento pueden ayudar a regular la ansiedad y aportar una sensación de calma. A veces, cuando escuchamos una canción que nos resulta conocida, nos da seguridad en momentos de incertidumbre. 

Expresión sin palabras

A veces, expresar lo que sentimos resulta complejo. La música abre una vía alternativa: cantar, tocar un instrumento o simplemente moverse al compás permite mostrar emociones sin necesidad de explicarlas verbalmente. Para muchas personas autistas, esta forma de comunicación es liberadora y auténtica.

Conexión y socialización

La música también facilita los vínculos con los demás. Participar en actividades como coros, talleres musicales o sesiones de musicoterapia brinda un espacio para compartir sin la presión de las convenciones sociales. El simple hecho de disfrutar juntos de una canción puede convertirse en un puente hacia la comprensión y la empatía.

Musicoterapia y autismo

La musicoterapia es una disciplina que utiliza la música con fines terapéuticos. En algunas ocasiones, en nuestra asociación Aspercan se nos han bridado de estas sesiones y nos produce mucho beneficio. En el caso del autismo, puede ayudarnos a:

  • Desarrollar habilidades de comunicación.

  • Mejorar la coordinación motora y la atención.

  • Favorecer la expresión emocional.

  • Reducir niveles de estrés y ansiedad.

No se trata de forzar aprendizajes, sino de ofrecer un espacio creativo donde podamos sentirnos escuchados y comprendidos. En mi caso la música me ayuda a tener menos estrés, y ansiedad. Aunque en niveles de intensidad demasiado altos me agobia un poco, ya que tengo sensibilidad auditiva, además de con los ruidos que me parecen muy difíciles de soportar en diferentes ocasiones. Siempre mi coordinación motora ha sido más pobre que la de los demás, y mi atención es volátil, pero con mis intereses restringidos como la música me parece más fácil sobrellevar mis dificultades. En lo que respecta a la comunicación, desde pequeña he tenido mucho vocabulario, y mucha facilidad de conversación y comunicación, ese lado siempre me ha gustado mucho. 

Todo esto lo explico para que aprecies que no todos los autistas somos iguales, que puede que tú conozcas a autistas que no tengan mis mismas características, y que justo mis dificultades sean sus puntos fuertes, pero así es estar en un espectro. 

Y así es la música, cada persona en el espectro puede vivirla de manera diferente. A personas nos encanta y nos da vida, y a otras les es más indiferente. Lo que para mí es relajante, para otra persona es agobiante o demasiado intenso. 

 Lo importante es respetar esa individualidad y ofrecer la posibilidad de que la música acompañe, consuele y dé voz a quienes, a veces, encuentran en las notas lo que las palabras no alcanzan.








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