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Mostrando entradas de 2022

Afortunada.

 Hoy voy a compartir con ustedes que me leen un texto que escribí el 12 de mayo de 2.021 mientras veía una serie ambientada a principios del siglo XX en la que precisamente alguien dijo:  ¿Sabes que es la primera vez que veo el mar?  Y sólo eso ya me dio que pensar, como canaria, como isleña acostumbrada a ver siempre el mar al horizonte.  Será porque nací y he vivido siempre en Tenerife, en una isla, los canarios estamos acostumbrados a movernos y ver siempre el mar en el horizonte, sin que nunca nos quede muy lejos. Nos cuesta creer que alguien del interior de la Península, en lugares donde el horizonte tiene forma de campo, campo y más campo a través, no sepa cómo es el mar sino a través de un cuadro, de una fotografía, de un dibujo, de las imágenes de la tele, o en las últimas décadas gracias a internet, el invento con el que al instante podemos conocer de primera mano como está el mundo.  Para mí el ambiente marinero, de playa, oler el salitre, y escuchar cómo las olas rompen cont

Los días pasan rápido

  Marilena.  Los primeros rayos de sol empiezan a asomar por la ventana de la habitación de Marilena, que despierta con un rostro relajado y radiante. Tiene ganas de ir a trabajar a Strawberrys Cream, porque quiere saber cómo ha descansado su amiga Eli.  Cuando llega a la pastelería, después de ducharse y arreglarse a toda prisa, corre a abrazar a Eli.  ¿Cómo estás? - le pregunta Lena a Eli. -  Estoy bien, he dormido muy tranquila después de haberte contado aquello - respondió Eli, mientras le decía, miraba a los lados intentando ser discreta. - ¿Y tú?  Estoy muy bien, me alegra mucho de que hayas tenido la confianza en mí para contármelo - dijo Lena, no muy alto, pues quería salvaguardar el secreto de ajenos. -  Antonio.  Antonio no veía la hora de poder ir a correos a enviar la carta que contenía aquel afectuoso mensaje que escribió por fin pensando en sus progenitores. Cuando abrió los ojos, recuperando de la jornada del día anterior, y bostezó todavía en la cama, no pudo evitar aco

Cartas...

  H ace tres horas que Antonio está sentado en una mesa intentando juntar las palabras para enviarles un mensaje a sus padres, pero no logra estar satisfecho con nada de lo que escribe. Por esa razón, a su lado ya hay un montón de papeles hechos una bola.  "Mamá, papá, voy a quedarme más de lo que pensaba en Nueva York, estoy..." - deja de escribir, arruga la hoja, coge una nueva y vuelve a empezar.  "Queridos padres: aquí encontré la felicidad, no sé cuándo volveré..." - otra hoja que arruga y desecha. -  Antonio empieza a sentirse molesto y confundido, no sabe que contar, ni siquiera la forma de hacerlo. Ojalá no le pareciera tan complicado, ojalá su familia no estuviera tan lejos. Ojalá... suspira.  En algún lugar recóndito de su cabeza, piensa que tendrá que decirle a Marilena en algún momento que tiene que volver a Italia a ver a su familia. Ojalá estuviera dispuesta a ir con él.  Mientras, el tiempo corre...  Antonio se acordó de que debe hacer el boceto del p