Antonio. A ntonio camina contento por las calles de la ciudad, rebosantes de gente a primera hora de la mañana, sabe que no verá a Lena, pero también sabe que le tendrá presente todo el día con el detalle de las flores. En ese momento, entre todos sus pensamientos, siente cierto nerviosismo por querer enviar un mensaje a su familia y no saber exactamente qué contarles. Lleva días postergando el momento de ponerse a escribirles, o al menos intentarlo. Pero... en un rato va a ser el momento en el que lo haga por fin. ¿Será conveniente que les diga que no sabe lo que va a tardar en volver? ¿Y que ha conocido a una chica? ¿Será bueno que les cuente que ha forjado una nueva vida en Nueva York? Son muchas las preguntas que se formula y a las que él mismo tiene que dar respuesta, lo peor es que no sabe cómo hacerlo. Bueno - piensa para sí mismo - primero iré a ver qué tal está la galería. Sus cuadros llevan ya un tiempo expuestos, la expectación ya no es la misma que al principio, han