E n Nueva York, Antonio acaba de despertar, se ha dado muchas vueltas en la cama hoy tanto por el calor que va en aumento a medida que el día del solsticio de verano se acerca, como por los nervios que siente al acordarse que pronto llegará el día en que por fin se expondrá el perfume y todo el mundo podrá ver el cartel de su autoría por las calles de Nueva York. Mira su agenda y, al ver que falta solo un día para ello, exclama para sí: ¡¡Mañana!! ¡¡Es mañana!! Estamos a finales del mes de junio y comienza a hacer bastante calor, Antonio debe volver a aquel enorme edificio acristalado de más de cincuenta pisos situado en el Midtown Manhattan, a reunirse con sus socios una vez más antes de que el perfume y, con él, su proyecto publicitario vean la luz. El edificio está rodeado de los más famosos teatros de Broadway y de comercios en la Quinta Avenida. Dentro del rascacielos Antonio se siente más cómodo, al estar la temperatura más agradable y fresca. La reu...